Si crees que tu adolescente tiene problemas de autoestima, es hora de ponerte manos a la obra. Por el momento te invito a leer este artículo, en el que te voy a dejar algunas claves muy importantes para mejorar la autoestima de tu hijo o hija adolescente.
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Un bien escaso en esta etapa
A menudo muchas familias me contactan preocupadas por la baja autoestima de sus hijos e hijas adolescentes.
Pero ¿qué es la autoestima? ¿cómo sé si mi adolescente tiene una bueja autoestima?
Sigue leyendo porque te lo cuento todo detalladamente.
¿Qué es la autoestima?
La autoestima es la valoración de la imagen que tenemos de nosotros mismos. Se forja a lo largo de la vida en base a experiencias, emociones, creencias, pensamientos… Por lo que nuestra historia de vida puede llevarnos a tener buena o mala autoestima.
La adolescencia es la etapa en la que empezamos a definir nuestra identidad personal y la gran protagonista es la autoestima. Por lo tanto tener una mala autoestima puede suponer que la llegada a la vida adulta sea tortuosa.
La autoestima no es solo mirarnos al espejo y que nos guste lo que vemos, la autoestima es la imagen que tenemos de nosotros mismos y la creencia que hemos ido forjando a lo largo de nuestra vida sobre nuestras capacidades y nuestro valor.
¿Por qué es tan importante la autoestima en la adolescencia?
La adolescencia es la etapa de entrenamiento para la vida adulta. Durante esta etapa practicamos habilidades, destrezas, formas de relacionarnos y de actuar, probamos diferentes formas de ser… hasta dar con un personaje (que somos nosotros mismos) que nos gusta.
La adolescencia es un período complejo, lo sabemos. Una etapa del desarrollo evolutivo donde asentar identidades, valores, autoconceptos… De ahí la necesidad de experimentar, conocer y posicionarse en diversos roles. Por eso, es especialmente importante que la autoestima en los adolescentes sea alta, fuerte y saludable. De lo contrario, pueden elegir un camino complicado.
Durante la adolescencia adquiere fuerza la necesidad de reflexionar profundamente sobre uno mismo. A su vez, el cerebro va madurando y se adquieren nuevas habilidades. Todo ello influye en el proceso de adquisición de una nueva identidad. De ahí que solo cuando hemos desarrollado un autoconcepto coherente de nosotros mismos, podremos construir nuestra autoestima.
¿Cómo se valoran los adolescentes?
Si le preguntas a un adolescente cómo se describiría irá directo a definirse según sus rasgos físicos y lo que hace (cómo se relaciona, las notas que saca, si practica deportes y las capacidades que tiene).
Para ellos, su visión sobre si mismos está muy ligada a la valía y la competencia, valgo/no valgo, puedo/no puedo, son conceptos que aprendemos desde muy pequeños.
¿Cómo puedes saber si tu adolescente tiene una baja autoestima?
Las conductas que nos indican que nuestro adolescente sufre de baja autoestima, están encabezadas por una falta de confianza en sí mismos y en sus capacidades.
Recuerda que si crees que tu adolescente tiene problemas de autoestima, es momento de ponerte manos a la obra. No lo dudes, comienza ahora mismo a trabajar con él o ella en su autoconcepto.
Te cuento algunos signos muy llamativos:
- Se consideran inferiores a los demás, no respetados y no valorados. Habitualmente rechazan las actividades grupales.
- Sienten inseguridad y un paralizante miedo al fracaso. Si no actúo no me puedo equivocar.
- A menudo, dan muestras de falta de disciplina, de compromiso y parecen irresponsables. Ay esos comportamientos dificiles, que importantes son como signo de alarma.
- En su intento por ser vistos y dada su necesidad constante de llamar la atención engañan y mienten.
- Echan la culpa a los demás y su actitud puede ser agresiva, desafiante y antisocial.
¿Cómo puedes ayudar a tu hijo o hija adolescente a mejorar su autoestima? Manos a la obra.
- Dale aliento. No lo confundas con halagarle y decirle solo lo guapo o lo lista que es (nos pasamos de positivos y creamos el efecto contrario). Alentar es ver más allá. Valora su esfuerzo y también sus fortalezas personales, ¿es respetuoso? ¿es paciente? ¿es generoso? Felicítale cuando algo sale bien pero también cuando a pesar de no haber obtenido el resultado deseado, sabes que ha trabajado mucho.
- Que vuestro foco esté orientado a buscar soluciones y no al juicio y a la crítica. Nos sale tan automáticamente eso de «¡Otro suspenso en matemáticas, es que mira que eres cazurro!», de verdad creemos que con eso lo solucionamos todo. Podemos cambiar esa crítica por un «¿cómo puedo ayudarte, cariño?», «¿qué puedes hacer para mejorar?».
- La motivación, la gran aliada. Solemos pensar, que cuando tenemos un adolescente al que le encanta practicar un deporte y se le dan mal las matemáticas, lo mejor es que vaya a clase de refuerzo de mates y si eso un día a la semana a deporte. Y si suspende, le castigamos sin deporte y solucionado. ¿Qué hemos solucionado? NADA. Si tiene un hobbie, el que sea, potencia esa habilidad, ahí es donde da rienda suelta a su disfrute. Y con que vaya a clase de refuerzo de matemáticas una vez a la semana para que vaya aprobando, es suficiente.
- La familia tiene que ser un entorno de confianza.  Todos necesitamos saber, que si se nos presenta un problema tenemos el apoyo de alguien cercano. Para ello es importante ser coherentes, es decir, no pidamos nada que los adultos no hagamos. No te cierres a hablar de ningún tema con tu adolescente, trátale con el mismo respeto que quieres recibir, escúchale activamente e intenta siempre abordar los problemas desde la calma, el sentido del humor es muy importante para relativizar. 
- Atención plena cuando llegue el minuto de gloria. ¿Y qué es el minuto de gloria? Es ese momento en el que tu adolescente decide contarte sus preocupaciones y necesita conectar contigo. Si estás a mil cosas y le dices que no te moleste con sus problemas porque para problemas los tuyos (el precio de la luz o de la gasolina, por ejemplo) te perderás el minuto de gloria y estaréis un poco más lejos.
- No te olvides ni un solo día de decirle que le quieres y que confías en él o ella. Aunque lo que recibas de vuelta sea un bufido, o un «ay mamá, qué pesada eres», necesita escucharlo.
- Comparte actividades con tu adolescente: el deporte, la cocina, la lectura, el campo, el cuidado de las mascotas, las manualidades… lo que sea, algo que os conecte.
- Y por supuesto nunca le critiques por su cuerpo, por su peso, por su forma de vestir o por sus creencias. A ti tampoco te gusta que lo hagan. El respeto tiene que ser bidireccional.
Espero que estos tips te sirvan para ayudar a tu adolescente a mejorar su autoestima.
Y si surgen esos conflictos en casa porque tu adolescente tiene comportamientos difíciles que te hacen perder los nervios, te recomiendo que entres al Mini Curso Gratuito 10 Claves para decirle adiós a los conflictos con tu adolescente.

¿Los conflictos son una señal de alarma?
Si, siempre que haya un conflicto hay necesidades no cubiertas. Como los adolescentes no saben expresar con claridad cuál es esa necesidad no cubierta (apenas sabemos hacerlo los adultos), tienen comportamientos difíciles que nos llevan al conflicto.
Si nos centramos solo en ver el conflicto, no veremos qué está ocurriendo con la autoestima del adolescente.
Ahora que has leído este artículo crees que tu adolescente tiene problemas de autoestima, es hora de que te pongas manos a la obra. Yo puedo ayudarte si lo deseas.

 
				


