Cuando queremos hablar a un adolescente sobre un tema de importancia, debemos contar con que oponga algo de resistencia, pero si sabemos llevar bien la conversación, es más que probable que sí nos escuche.
Si consigues dejar a un lado todos estos automatismos de los que te voy a hablar, ya tendrás bastante ganado, claro, pero además hay algunas técnicas que puedes aplicar para asegurarte de que, al menos, no se cierra completamente a escucharte.
Las personas adolescentes a menudo “hacen que escuchan” pero verdaderamente no están prestando atención a lo que les decimos. ¿Por qué?
Hay muchos factores que intervienen en esta conducta:
- Que le hayas repetido varias veces lo mismo y esté cansado.
- Que tu charla se haya convertido en un sermón y se haya desconectado.
- Que haya decidido tomar sus propias decisiones, hacer lo contrario a lo que le estás diciendo y reivindicar su independencia.
Voy a contarte los cambios que intervienen en la adolescencia para que esta conducta se vuelva tan habitual.
Contenidos
¿Por qué antes sí y ahora no?
Si hace nada era un niño o una niña adorable ¿por qué ahora se comporta así?
Te lo contaba hace unas semanas también en ¿Qué hago si mi adolescente me contesta mal?. En la adolescencia, el cerebro se está actualizando (como tu móvil de vez en cuando), a veces reinician sin haber guardado la información y se pierden aprendizajes que el cerebro considera que no son importantes (esto es la poda neuronal), en otras ocasiones sienten tanto y tan intensamente que no saben expresarlo y explotan.
Además, tu adolescente está desarrollando su personalidad y si criterio propio y le resulta mucho más interesante vivir según su criterio que según el tuyo, sobre todo si intentas impornérselo.
¿Sus decisiones son acertadas?
Pues no siempre, la verdad, pero tú y yo también nos equivocamos y somos personas adultas.
En la adolescencia no está totalmente desarrollada la corteza prefrontal, la región del cerebro que controla la organización y la regulación. Eso significa que tu adolescente toma las decisiones desde el cerebro reptiliano, que está regido por las emociones: por eso en muchas ocasiones sus decisiones no son acertadas, porque están tomadas bajo la influencia de lo emocional.
No puedes salvarles del error siempre, les haríamos de cristal y en la vida adulta se romperían con demasiada facilidad. Los errores le harán aprender, a marchas forzadas si, pero a veces es la única manera.
Si quieres obtener resultados diferentes, haz algo diferente
Hay una parte en este conflicto que depende de ti y que puedes gestionar: tu forma de hablarle a tu adolescente.
Y es que puede que a tu adolescente le interese lo que le vayas a contar pero si atraviesas ciertos límites, pondrá su cerebro en off y no te prestará atención.
¿Qué no debes hacer si quieres conseguir que te escuche?
- Sermonear: sinceramente, a mí tampoco me gusta que nadie me de la charla y no creo que tú seas diferente. De hecho, incluso los adultos nos ponemos a la defensiva si vemos que alguien nos quiere dar su discursito. Así que si vas con el sermón preparado puede que además de no escucharte, te lleves un bufido, una mala contestación y un portazo.
- Interrogar como si fueras del CSI: ¿seguro que has venido directa desde el instituto? ¿de verdad solo vais a ir al cine?
- Juzgar y criticar: es normal inculcarle tu sistema de valores y de creencias en la educación pero al llegar a la adolescencia lo pondrá en tela de juicio para crear su propio sistema y desarrollar su pensamiento crítico. Si juzgas su actitud, a sus amistades, sus gustos… ya puedes decirle adiós a vuestra conexión. Puedes hablar con franqueza y sinceridad pero sin criticar “No me gustan esos pantalones, yo no me los pondría” en vez de “qué horror de pantalones, pareces un bicho palo con ellos, ni de broma te los compro”.
- Usar el miedo como arma: “si bebes vino se te pondrá el ombligo azul”. Tu adolescente ya no cree que haya un monstruo en el armario así que por favor, no le cuentes milongas. Háblale abiertamente del alcohol en este caso, pero no le cuentes mentiras, dale información veraz y genera confianza.
¿Sabías que…?
Hay un estudio de la Universidad de Harvard en el que se demostró que algunas de estas actitudes por parte de madres y padres provocan una “desconexión” en el cerebro adolescente; vamos, que no es que no quiera escucharte, es que no puede porque su cerebro se pone en off.
¿Cómo conseguir que tu adolescente te escuche?
Cuando queremos hablar a un adolescente sobre un tema de importancia, debemos contar con que oponga algo de resistencia, pero si sabemos llevar bien la conversación, es más que probable que sí nos escuche.
Si consigues dejar a un lado todos estos automatismos de los que acabamos de hablar, ya tendrás bastante ganado, claro, pero además hay algunas técnicas que puedes aplicar para asegurarte de que, al menos, no se cierra completamente a escucharte.
- No te conviertas en Pepito Grillo:
Como he dicho antes, tu adolescente comienza a tener su propio criterio. Esto significa que tomará sus propias decisiones, las cuales debes respetar todo lo que te sea posible, pero también hazlo con sus errores y con aquellas ideas con las que no estés de acuerdo.
¿No estudia para un examen? Es su decisión, posiblemente equivocada si, tendrá sus consecuencias naturales. Pero si le repites mil veces lo vago y dejado que es… adiós conexión.
¿No te gusta su nuevo peinado? Guárdate tu opinión.
Esto no quiere decir que si estos temas sobrepasan ciertos límites no vayamos a intervenir. Pero debemos medir la importancia del tema en cuestión para saber cuándo luchar cada batalla. No puedes lucharlas todas, olvídate.
Si intentas entrar en todas las guerras y ganarlas, la adolescencia será un sufrimiento.
Y si ya estás en ese sufrimiento te recomiendo que entres al Mini Curso Gratuito “10 Claves para decirle adiós a los conflictos con tu adolescente”.
En casa debemos tener unos límites rojos que el adolescente debe respetar pero lo que queremos conseguir a futuro no es que siempre respete los límites sino que tenga una actitud sana ante la vida.
Aquí es donde entra en juego tu capacidad para influir, más que para vigilar, mandar o hacer cumplir.
- Sé una fuente fiable de información:
En el desarrollo cerebral del adolescente ocurre algo importante durante esta etapa: consiguen desarrollar el pensamiento abstracto. Tu adolescente está preparado para entender y rebatir explicaciones científicas.
Además, no tengas miedo a hablarles abiertamente del sexo, de las drogas, de las enfermedades, del suicidio… No les estás incitando a nada, al contrario, está demostrado que aquellos adolescentes que reciben información fiable son más consecuentes y responsables con sus actos.
Empápate bien del tema que vayas a tratar y enfoca la conversación desde los riesgos de determinadas conductas: las enfermedades que puede acarrear tener sexo sin protección, las consecuencias negativas que tiene el consumo de drogas para el cerebro adolescente, los efectos del uso abusivo de las pantallas… Intenta ser lo más objetivo posible.
Y si, te van a rebatir toda la información y esto es muy bueno, significa que no van a creer lo primero que les cuenten en la calle o en las redes.
- No esperes a la adolescencia para hablar:
Los niños hablan desde muy pequeños de temas bastante importantes como el aspecto físico, las capacidades, el amor, la muerte… Y podemos mantener con ellos conversaciones sobre cualquier tema (adaptándonos a su capacidad de entendimiento siempre). A medida que pasen los años y los temas y las preguntas se repitan (que lo harán) podemos ir concretando, puntualizando y ampliando información.
No hay por qué esperar a la adolescencia para hablar con ellos. Aprovecha cada oportunidad para conversar.
- No idealices su vida:
¿Sabes esas madres que juran y perjuran que su hijo no bebe, no fuma, aún es virgen y es un gran estudiante? Bueno pues no te conviertas en esa persona, te lo pido por favor.
Y es que actuando de esa forma, con esas expectativas tan altas estarás dejando a tu adolescente sin salidas. Asume que tu adolescente tendrá vida social, querrá descubrir cosas y conocer mundo.
Si le dejas sin salidas ¿qué crees que hará si un día se le rompe un preservativo o bebe de más? Mentirte seguramente. Porque la otra opción es que no tenga vida social para no correr esos riesgos, pero elegirá la opción A, mentirte.
- No te escucha todo el rato, pero te observa muy a menudo:
Educa siempre desde el ejemplo y nunca exijas nada que tú no hagas primero.
No puedes pedirle que no te grite si tú lo haces. Ni que recoja su plato de la mesa si tú no lo haces.
Sé su modelo a seguir.
Escúchale tú atentamente
Cuando queremos hablar a un adolescente sobre un tema de importancia debemos contar con que oponga algo de resistencia.
Eso no significa, que tú vayas a oponer también esa resistencia.
Si tu adolescente no te escucha debes preguntarte si tú le escuchas o siempre tienes alguna excusa para no hacerlo:
Ahora no, que se me quema la cena.
¿No ves que estoy ayudando a tu hermano con los deberes?
¡Para problemas los míos, vaya tontería!
Si te cuenta poco de su vida y encima cuando te lo cuenta no es buen momento para ti, pasará a no contarte nada por importante que sea. Así que aprovecha las ventanas de oportunidad aunque no sea el mejor momento y hazle saber que sus problemas son importantes para ti y que estás ahí para apoyarle.
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