Han llegado las notas, ¿y ahora qué? ¡Menudo quebradero de cabeza! Las notas son un número que no marcan nuestro valor como personas.
Las notas son números que sirven para evaluar los conocimientos de los estudiantes, aunque es un sistema obsoleto y se podría mejorar mucho, es el sistema que tenemos actualmente. Por suerte ya hay muchos profesionales trabajando para mejorar esto.
Nuestro valor como personas bien seamos niños, adolescentes o adultos no puede verse simplificado a un número. Y de hecho a los adultos no nos gusta ser solo un número en la sociedad y buscamos personas que nos traten con humanidad, con nuestro nombre y apellidos y sepan ver en nosotros quiénes somos y nuestras cualidades positivas.
Contenidos
¿Por qué basamos el valor de los adolescentes en sus notas?
¿Acaso no hacen nada más? ¿Por muchas cosas que hagan bien solo nos importan sus notas? ¿Por qué les comparamos? ¿Por qué solo les decimos que estamos orgullosos cuando traen notas por encima del 8?
¿Cómo te sentirías si tu madre o tu padre te dicen «mira tu hermana y aprende de ella, que le han ascendido y además le han subido el sueldo otra vez»?
Así pues… dejemos de poner el foco en el número.
¿Y entonces qué hago? Te estarás preguntando…
1. Antes de que te entregue las notas, deja que sea tu hijo o hija quien las vea primero.
2. Preguntarle con curiosidad:
– ¿Cómo te sientes?
– Si está satisfecho o satisfecha con los resultados… ¿tu esfuerzo se ve reflejado en las notas? ¿te sientes orgulloso/a?
– Si no está contento/a con las notas, pon el foco en buscar soluciones:
- ¿Qué vas a hacer para aprobar o mejorar en esa asignatura? ¿Quieres que te ayudemos?
- Si se te da mal la Física igual es buena idea pedir ayuda, yo fui a clases particulares cuando estaba en el instituto y me funcionó, ¿quieres probar?
- Cariño yo se cuánto te has esforzado y entiendo que ahora no estés satisfecho/a con las notas, quiero que sepas que yo te quiero por quién eres y no por tus notas, y siempre voy a estar aquí dispuesta a ayudarte.
Cuando veas las notas NO LE CASTIGUES. No servirá de mucho. Buscad soluciones, estableced un plan, o llámame y os ayudo, pero recuerda, CASTIGOS NO.
¿Y si siente mucha frustración?
Desde que comencé mi andadura como Coach de Adolescencia (o de familias con adolescentes), me he encontrado con 3 tipos de familias:
- Con hijos que aprueban unos con notas más altas que otros pero no se preocupan demasiado por el número.
- Con hijos que suspenden hasta el recreo, 100% desmotivados. Después hablaré de esto.
- Con hijos con calificaciones altísimas, tanto como su frustración.
Recuerda que las notas son un número que no marcan nuestro valor como personas.
Esta última opción es muy peligrosa porque debajo de esa frustración hayun sentimiento de no valía tan arraigado…su cerebro le está diciendo «esfuérzate al máximo porque solo así te van a querer» y a la vez «nunca va a ser suficiente esfuerzo para que te quieran».
Y esto es una puerta que se abre a problemas emocionales mucho mas grandes, abuso de sustancias, depresión, trastornos obsesivo compulsivos… Lugares donde estoy segura que no quieres estar.
¿Dónde empezó todo? Cuando le premiabas por los resultados y no por el camino ni por el esfuerzo. Cuando le recitabas alabanzas cada vez que hace algo bien. «Eres el mejor, qué orgullosa estoy de ti», «estas notas se merecen un premio»…
El mensaje que le iba calando era «solo eres merecedor de amor cuando sacas buenas notas, cuando lo haces bien, cuando brillas, cuando eres el primero…». Y esto huele mucho a autoexigencia y perfeccionismo.
Y si estás pensando que la autoexigencia y el perfeccionismo son dos buenas cualidades para enfrentarse a la vida…. TE EQUIVOCAS. Nada en la vida es perfecto dependiendo de quién lo mire…¿qué es ser perfecto?
Si la frustración es la compañera de vida de tu adolescente puedes hacer esto:
- ¿Cómo te sientes, cariño? ¿Necesitas un abrazo? Te quiero mucho, ¿lo sabes?
- Retira las alabanzas y los premios.
¿Y si todo le da igual?
Si además de suspender hasta el recreo tu adolescente te hace ver que le da todo igual y que pasa olímpicamente de las notas, los estudios y los profesores…. ABRE BIEN LOS OJOS.
Voy a decirte algo y quiero que te ocupes del tema, no que te preocupes y te fustigues, ocúpate de esto:
Algo se te está escapando
La indefensión aprendida (así se llama a hacer que todo te da igual por no volver a hacerlo mal) es un modo de protegerse.
¿Y de qué se tiene que proteger mi adolescente? Estarás pensando…
De esforzarse y no sentir que ese esfuerzo se valora.
De querer tomar decisiones y que no se le permita.
De tener su propio criterio y que no se le acepte.
De que se le diga que todo lo hace mal, que si fuera como su hermana le iría mejor…
¿Qué puedes hacer?
- No criticar, no etiquetar, no castigar y no sermonear.
- Darle aliento: estoy aquí cariño y me encantaría ayudarte.
- Pon el foco en lo que hace bien y en lo que te gusta de su personalidad.
Recuerda esto:
Es importante que valoremos otros puntos de vista además del número que aparece en el boletín de notas. Por ello, en este artículo del blog te comparto El otro boletín de notas, muy necesario en cada final de trimestre.
Si crees que para ti es muy dificil no gritar y no castigar en este momento, te invito a unirte al Mini Curso Las 10 Claves para decirle adiós a los conflictos con tu adolescente.
Te invito a mirar a tu adolescente sin otro objetivo que conocerle. Posiblemente haya cambiado mucho en los últimos meses, ya no es aquel niño o aquella niña que no se separaba de ti, ahora quiere ser muy independiente y se está revelando.
Recuerda: las notas son un número que no marcan nuestro valor como personas.






